AySA aplicará este nuevo plan para las empresas y comercios en CABA y Gran Buenos Aires. Algunos usuarios residenciales también podrán aplicar a este sistema Según adelantaron fuentes de AySA, una resolución de la Subsecretaría de Recursos Hídricos cambiará la forma de abonar la factura de agua corriente: los clientes no residenciales pagarán por metros cúbicos consumidos y
no por superficie.
El plan medido que aplicará AySA en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano está enfocado en las empresas, comercios y clubes de barrio. Esto permitirá asociar la facturación con el nivel de consumo y no con la cantidad de metros cuadrados.
En la actualidad, AySA factura por superficie en aquellos domicilios donde no hay medidor. Martín Heinrich, gerente general de AySA, aseguró que hoy sólo un tercio de los 300.000 usuarios no residenciales tienen medidor.
Si el cliente es un usuario residencial y lo solicita expresamente, también podrá ser ingresado en este plan de medición por consumo, donde no existe ningún impedimento técnico. En ambos casos, el costo del medidor y la instalación estará a cargo de AySA.
En opinión de Heinrich, medir el consumo es "una política deseable" pero que tiene dos problemas a resolver a mediano y largo plazo para las casas y departamentos. El primero es que algunos pagarán más: "Si a una casa de consumo promedio de 40 metros cúbicos le instalamos un medidor, pasaría a pagar un 30% más. Esto es porque el sistema actual no está pensado para
incentivar la medición por consumo", dijo. Por eso La empresa está avanzando
en un estudio para cambiar el régimen tarifario.
En segundo lugar, la mitad de los residenciales corresponden a departamentos en edificio de propiedad horizontal, por lo cual hoy es técnicamente imposible colocar un medidor en cada departamento.
Asimismo, más allá de la tarifa social que pueden solicitar los clubes de barrio y las asociaciones sin fines de lucro, AySA aseguró que se implementará una; rebaja de hasta un 50% en el cargo fijo de las próximas facturas.
El esquema funcionará bajo la administración y control del Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS) y cada asociación deberá hacer un pedido formal a la empresa. El beneficio alcanza a organizaciones comunitarias, clubes de barrio, comedores sociales, hospitales públicos, universidades y escuelas públicas y teatros.